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Aprende a cocinar el plato típico de Senegal



El plato típico de Senegal es el Thiéboudienne. Es la mejor manera de integrarte en la cultura senegalesa rápidamente. El nombre de este plato significa si lo traducimos literalmente: arroz-pescado. Es el plato nacional, el que se come en todas las casas prácticamente a diario, el primero que se aprende a cocinar, y el que todo senegalés te pregunta que si sabes cocinar. HISTORIA DEL THIÉBOUDIENNE La gastronomía de Senegal se define por los productos autóctonos fáciles de conseguir (lo que abarata su adquisición), por la influencia de la cocina de otros países como Francia (de la que fue colonia) y Portugal (con la que comerciaban), y Marruecos (gran influencia del norte de África sobre Senegal). El plato típico de Senegal se puede cocinar perfectamente con ingredientes que podemos encontrar en España sin problemas. No es una receta difícil, sino todo lo contrario, no hay que ser experto en cocina africana para prepararlo. Así que no hay escusas, ¡manos a las cazuelas! Instagram by @african_mommy INGREDIENTES DEL THIÉBOUDIENNE Para cocinar el plato típico de Senegal para 4 personas, se necesita:

  • 1 Kg de arroz (se caracteriza por ser un arroz de grano muy pequeño, llegando a ser parecido al couscous, pero usaremos el que podamos conseguir)

  • 2 doradas (o un pescado similar)

  • cebolla (200 gr.)

  • ajo (2 dientes)

  • tomate concentrado (100 gr.)

  • carne de caracola de mar (un trocito)

  • pescado seco salado (un trocito de bacalao o similar)

  • caldo de pescado (una pastilla)

  • tomates (2 unidades)

  • zanahorias (300 gr.)

  • nabo (150 gr.)

  • batata (o calabaza) o calabaza

  • repollo (300 gr.)

  • pimiento rojo (180 gr.)

  • berenjena (125 gr.)

  • yuca (125 gr.)

  • pimienta negra

  • perejil fresco

  • tamarindo

  • laurel

  • guindilla

  • aceite

  • agua

  • sal

  • azúcar

PREPARACIÓN DEL THIÉBOUDIENNE

  • Limpiar el pescado, lavándolo muy bien y quitando las escamas.

  • Lavar todas las verduras. Se corta cada pimiento por la mitad y se quitan los granos. El repollo se corta en trozos, la berenjena por la mitad, el nabo y la batata en dados, y la yuca y las zanahorias en bastones gruesos.

  • Por un lado se machaca en el mortero y se reserva para después: un poco de cebolla pelada y troceada, 4 dientes de ajo sin piel y pimienta negra.

  • Por otro lado, se pela el resto del ajo. Mezclar el perejil con el ajo, las guindillas, la sal y la pimienta negra molida. Se añade un poco de cebolla pelada y cortada en trocitos pequeños. Triturar todo en el mortero. Hacer unas incisiones profundas en el pescado entero y se introduce la mezcla en el interior de los cortes.

  • Freír el pescado en abundante aceite en una olla. Reservar el pescado, pero no tirar el aceite de la olla.

  • En la misma olla, se incorpora entonces la cebolla, la carne de la caracola y la sal. Una vez que esté bien pochado, se añade el tomate concentrado previamente diluido en un poco de agua. Remover un poco y se introduce el pescado y una hoja de laurel. Se incorporan los trozos de tomate natural. Se remueve bien y se deja cocer durante 5 minutos.

  • Añadir una cantidad de agua 2 veces proporcional a la medida del arroz y un poco de sal. Corregir la acidez con un poco de azúcar.

  • Introducir todas las verduras y se dejan cocer unos minutos. Cuando la salsa esté hirviendo, se añade el pescado seco salado.

  • Lavar bien el arroz bajo el chorro de agua fría y lo colocamos en un colador (o algo parecido) encima de la olla para que se haga al vapor. Cocer unos 40 minutos.

  • Cuando las verduras estén bien cocidas, se reduce a fuego lento y se comprueba la dosis de sal. Se retiran todas las verduras y el pescado con un poco de salsa reservándolo aparte.

  • Añadir el arroz todavía algo duro en el caldo que queda y se añade la preparación del mortero que teníamos reservada. Subimos el fuego y lo apagamos cuando se haya absorbido todo el caldo (unos 15 minutos aproximadamente)

  • Poner el arroz en un gran bol y sobre él colocamos la salsa acompañada de las verduras y del pescado. Se coloca el tamarindo a un lado.

TRADICIÓN A LA HORA DE LA COMIDA EN CASA Lo más característico tanto del país como de la gastronomía es su hospitalidad, por ello en la mayoría de casas se sirve un solo plato grande que se coloca al medio y comparten entre todos. Normalmente las mujeres comen con la mano y los hombres con cuchara (si las hay). No te asustes, que ellos saben que los blancos no estamos acostumbrados a comer con la mano y te darán cubiertos. La norma dice que solo puedes coger comida de la parte del plato que tengas justo delante de ti, siendo de maleducados meter la cuchara en el sitio del de al lado o del de enfrente. Normalmente la señora de la casa irá repartiendo el pescado y las verduras colocadas en el centro, equitativamente entre todos los comensales. by @senegaldanzaypercusion Cuando hayas terminado, simplemente deja tu cuchara en el suelo. Una recomendación: no te llenes, para antes de estar saciado completamente. Porque cuando vean que dejas la cuchara, te invitarán a seguir comiendo y te dirán que no has comido nada. Así que para no ofenderles y quedar bien, lo mejor es volver a coger la cuchara y rematar la comida con un par de bocados más. ¿DÓNDE COMER UN BUEN THIÉBOUDIENNE? Las opciones gastronómicas para comer el plato típico de Senegal se adaptan a todos los presupuestos. Normalmente en los restaurantes donde tienen menú del día y frecuentan los senegaleses, se puede comer un plato por 2.000 CFA (3,50 €). Y en los restaurantes turísticos y frecuentados por los europeos, el plato puede llegar a costar incluso 10.000 CFA (15€). Así es Senegal, un país lleno de contrastes económicos. Obviamente te recomiendo la primera opción. En Senegal se usa mucho picante. Si eres de los que te sienta mal, o simplemente no quieres picante… Te recomiendo que lo adviertas a la hora de pedir el plato. Solo conseguirás que no te pongan el extra de picante que suele decorar los platos, ¡pero cuidado!. Aunque te digan que el plato no lleva picante, siempre llevará algo. Y ese algo para nosotros, europeos, sin mucha tradición de picante, ya es bastante.

 
 
 

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