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Marta Ortiz
Algunes paraules basiques de wolof:
Salaamaalekum! ¡Hola!
Salaamaalekum! ¡Buenos días!
Salaamaalekum!¡ . Buenos días!
Salaamalekum! ¡Buenas tardes / noches!
Fanaanal ak jàmm! ¡Buenas noches!
Ba beneen yoon !adiós
Jàmm ak jàmm! ¡Hasta luego! / ¡Hasta pronto!
waaw sí
déedéet . no
xéj na a lo mejor
baxna ok, bien
Jërëjëf! ¡Gracias!
Amul solo ! Por favor...
Baal ma ... Disculpe, .../ Disculpen,...
Maa ngi jegg ëlu. Lo siento.
Autor Youssou Ndiaye
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Historia de los wolofs
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1.1.1 ¿Quiénes son los wolofs?
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En Senegal, los wolofs son un grupo étnico que abarca en torno al 43,3% de la población. Es importante tener en cuenta, no obstante, que este dato puede inducir a error, dado que al mismo se añaden otros pueblos diferentes que, con el transcurso del tiempo, han sido “wolofizados”, y hablan la lengua wolof. El grupo posee una lengua propia, que en Senegal es hablada por el 80% de la población.
En Gambia, alrededor del 16% de la población son wolofs. En este país son una minoría, dado que los “mandingas” son la etnia dominante, abarcando el 42% de la población. No obstante, la lengua y la cultura wolof tienen una influencia desproporcionada como consecuencia de su prevalencia en Banjul, la capital de Gambia, donde la mayor parte de la población es wolof.
En Mauritania, alrededor del 8% de la población son wolofs. Viven mayoritariamente en la región costera del sur del país.
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Mapa de Senegal con ubicación geográfica de las distintas etnias: wolof, peul, tukulor, serere, diolas, mandinga, sarakole.]
Viven en cualquier lugar y medio, desde el desierto del Sahara hasta las montañas de Senegal. Tradicionalmente habitan en aldeas pequeñas, gobernadas por familias extendidas; aunque últimamente muchos wolofs se han desplazado a las ciudades en busca de trabajo.
La mayoría de los wolofs son musulmanes, de hecho, decirse “wolof” es decirse musulmán. Su artesanía más famosa consiste en incrustar hermosas frases del Corán en joyas o piezas de cuero. Los wolofs también son conocidos como los mercaderes de África, por su eficacia en el comercio, que es parte por lo demás de su historia. Los wolofs son especialmente conocidos por el desarrollo del comercio de esclavos: Capturaban, transportaban y vendían esclavos en el puerto de Dakar, lo que les permitió relacionarse con diferentes grupos étnicos.
La ropa es algo muy importante para un wolof; tienen un alto sentido del “estilo” y de la moda en la sociedad. Para un wolof, como te vistes es como eres. Las mujeres se visten de forma elegante, y muchas veces se endeudan para vestirse solo para una ocasión. También acostumbran a usar peinados impresionantes. Son conocidos por ser los que marcan la moda y las tradiciones en África Occidental.
La familia es muy importante para los wolofs, y muchas veces un hombre y sus hermanos, sus esposas e hijos viven en la misma vivienda o complejo de viviendas. Muchos de ellos también son polígamos, aunque esto no parece ser natural para la mayoría, pues se divorcian para casarse con otro cónyuge, no para tener dos mujeres al mismo tiempo.
Hace cientos de años, los wolofs conquistaron muchas tribus en el norte de Senegal. En el año 1300, aproximadamente, los wolofs constituían un gran imperio, pero en el 1500 se separaron en cuatro reinos. Los franceses llegaron a Senegal alrededor de 1800, convirtiendo el lugar en una colonia, y en 1946 a los wolofs de Senegal se les otorgó la ciudadanía francesa, por lo que muchos de ellos viven hoy en Francia.
En 1958 Senegal obtuvo su independencia, pero la influencia europea todavía se mantiene en las costumbres y en su lengua.
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1.1.2. ¿Cómo viven?
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Los wolofs estaban divididos desde el pasado en tres clases sociales: los nacidos libres; los nacidos en esclavitud y los artesanos. Los nacidos libres han podido ser desde miembros de la nobleza hasta agricultores comunes. La clase esclava era aquella cuyos padres eran esclavos; habían nacido en la esclavitud y debían continuar sirviendo a los patrones de sus padres. Por último, los artesanos eran considerados la clase más baja en la sociedad wolof; y en este grupo se incluían los herreros, los talabarteros y los músicos. El matrimonio, entre clases distintas, era algo muy raro.
Todas estas clases están desapareciendo ahora entre los wolofs, aunque merece comentar que el ex presidente de Senegal, Abdou Diouf, pertenecía a la clase de los herreros.
Los matrimonios wolofs varían según que la comunidad sea rural o urbana. En áreas rurales el matrimonio es arreglado por los padres, debiendo pagar el esposo un alto precio por la novia. Mientras el marido paga, la mujer debe vivir con sus padres hasta que su padre le conceda los derechos conyugales al novio. Una mujer puede llegar a tener dos o tres hijos antes de que su esposo termine de pagar por ella. Cuando el precio de la novia termina de ser pagado, se realiza la segunda parte de la unión: la mujer es llevada con un paño que le cubre la cabeza a la morada de su marido. En el caso de hombres polígamos cada esposa tiene, generalmente, su propio sitio o casa, y estas harán turnos para pasar la noche con el marido. En áreas urbanas el matrimonio puede ser arreglado o resuelto por afinidad de las parejas.
Las mujeres wolofs son célebres por su hermosura; visten elegantemente y usan complicados estilos de peinado, como ya ha sido apuntado.
Muchos wolofs emigran a las ciudades y terminan siendo, por ejemplo, maestros, trabajadores para el gobierno o comerciantes; otros muchos también viven en áreas rurales y trabajan en la agricultura.
Algunos rituales de la sociedad wolof son: la circuncisión de los jóvenes (que no solo consiste en una cirugía, sino que es un paso de la juventud a la edad adulta de los hombres), la valoración de los mendigos y la comida en las calles de forma comunitaria (un ritual lleno de formalidades y de riesgos si estas no se cumplen).
El caso de los mendigos constituye una particularidad dentro de esta sociedad. Lo cierto es que el mendigo es una piedra fundamental dentro de la sociedad islámica wolof. Este personaje, dedicado principalmente al estudio del Corán, permite que los musulmanes con otras actividades expíen sus culpas entregándoles limosna a los mendigos, comprando así un lugar en el cielo. Este rito social tiene sus orígenes en los clérigos musulmanes, que a principios del siglo XI, una vez terminados sus estudios, viajaron por la región pidiendo limosna a las familias ricas para sustentarse en su búsqueda espiritual. Así, el que pide y habita en las calles está desligado del estigma social que se le otorga en las culturas occidentales, impactadas ciertamente por esta situación.
El cultivo más extendido es el del maní. Las ganancias de la venta son usadas para comprar nuevas ropas, utensilios de casa y tabaco. También se cultivan pimientos, frijoles y tomates en jardines situados cerca de las casas. Su dieta básica incluye sorgo y mijo. Para el desayuno se sirve una masa de granos, en la tarde se preparan los mismos granos en un guiso cubierto con maní o salsa de tomate, o carne. A los wolofs no les gustan los cambios y se contentan con la misma comida todos los días.
Una aldea wolof típica la componen cientos de personas viviendo en complejos de viviendas, agrupadas alrededor de una plaza central de forma cuadrada, al estilo de las ciudades hispanas. Las casas están hechas de barro y varas. En los complejos se instalan cercas para evitar la vista desde fuera.
Los eventos públicos, tales como la danza o la lucha, se llevan a cabo en el “parque” central. Casi siempre se hallará una plataforma para eventos en el centro de estos parques. En esa misma plaza se ubica la mezquita.
Cuando los wolofs viajan, deben usar ropa de acuerdo a su rol en la sociedad. Mientras están a la vista de la gente, ellos deben comportarse, moverse y hablar de forma apropiada, incluso cuando hacen compras en el mercado.
1.1.3. ¿En qué creen?
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Virtualmente todos los wolofs dicen ser musulmanes. El islam se centra en cinco principios básicos:
•Un musulmán debe afirmar que no hay otro dios sino Alá, y que Mahoma es su profeta.
•Cinco veces al día deben orar mirando hacia La Meca.
•Debe hacer ofrendas generosas.
•Debe ayunar en el Ramadán, el noveno mes del año musulmán. •Debe tratar de viajar a La Meca al menos una vez en su vida.
Los wolofs creen en los malos y buenos espíritus y en las brujas. Ellos creen que estos viven en sus aldeas. Los malos espíritus viven en los árboles altos o áreas lodosas. Los wolofs portan amuletos para que les protejan de los malos espíritus. Siempre consultan a un guía espiritual cuando deben realizar importantes decisiones.
La población senegalesa es mayoritariamente musulmana, en un 84% según las fuentes, pero los cristianos (sobre todo los católicos) están igualmente presentes en un 6%, y su religión es practicada principalmente en el sudeste del país, pero cohabita frecuentemente con otras religiones.
Senegal es conocido por su tolerancia religiosa. No es raro encontrar miembros de una misma familia pertenecientes a religiones distintas. Los matrimonios interreligiosos son numerosos. Las fiestas musulmanas y cristianas son igualmente celebradas y respetadas por las diferentes cofradías musulmanas y demás comunidades.
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1.1.4. ¿Qué necesitan?
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Los wolofs han estado cerrados al cristianismo durante muchos años. Hoy en día muchas comunidades wolof tienen conocimiento de Jesús, pues los misioneros se han preocupado de ello, pero lamentablemente pocos obreros cristianos atienden la llamada para venir a trabajar con los wolofs.
Tijan M. Salah señala que los wolofs han tenido mucho poder de iniciativa a lo largo de la historia, y se han adaptado fácilmente a los cambios. Han influido poderosamente en otros africanos, así como en los europeos y en las civilizaciones de Oriente Medio, y también han sido influenciados por ellos. Con su espíritu abierto han intercambiado técnicas, ideas y recursos. Esto les ha permitido ser líderes en el gobierno, la agricultura y el comercio de la región “Senegambia”.
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1.1.5. Estado histórico
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El Imperio Jolof fue un Estado medieval del África Occidental que gobernó partes de Senegal y Gambia desde aproximadamente el año 1350 hasta 1890. Aunque solo se consolidó como una estructura estatal individual durante parte de este período, la trayectoria de gobierno, las castas y la cultura wolof ha dominado la historia del centro y norte de Senegal durante la mayor parte de los últimos 800 años. Su desaparición a manos de las fuerzas coloniales francesas entre 1870 y 1890 también marca el comienzo de la formación de Senegal como estado unificado.
Hacia el final del siglo XV, los Estados wolof de Jolof, Kayor, Baol y Walo se habían convertido en una federación, siendo Jolof su poder metropolitano. La posición de rey era ostentada por el bourba wolof y los gobernantes de los otros Estados federados le debían lealtad, si bien se les permitía soberanía local en asuntos internos de cada estado. Saloum y Sine pasaron a unirse a la federación posteriormente. Antes de que el pueblo wolof comenzara a comerciar con los mercaderes portugueses, ya disfrutaban de los beneficios de lazos comerciales y culturales largamente establecidos con los imperios de Sudán Occidental. Asimismo, tenían relaciones comerciales con Futa Toro y los bereberes del norte de África. A través de estos primeros lazos comerciales y de su organización, los estados wolof lograron una riqueza creciente y una formidable fortaleza.
Panorama lingüístico y literario del Wolof
1.2.1 Literatura senegalesa
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Según la Doctora Marta Ortiz “la literatura senegalesa es la más importante del África francófona, donde la impronta colonial dejó una nutrida representación de escritores en lengua francesa, entre los que sobresale la figura de Léopold Sédar Senghor, quien ha sido reconocido como el más grande de los poetas africanos y fue el primer presidente que tuvo Senegal tras la independencia”. El país de la “Teranga” cuenta con un amplio movimiento literario en lengua wolof, que es la mayoritaria de las seis lenguas autóctonas del país, y también se habla en Gambia, Mali y Mauritania. Según también Ortiz, las fuentes de la literatura contemporánea senegalesa en francés y wolof se encuentran en los griots, personajes populares que mediante la tradición oral mantuvieron durante siglos la memoria colectiva y fueron capaces de transmitir el acervo cultural de sus ancestros, en el que la narrativa ocupa un papel destacado. La literatura en esta lengua no es abundante. Una de las primeras novelas senegalesas en wólof la escribió Mame Younousse Dieng. Se trata de Aawo bi (La primera esposa), 1992. Siendo el francés la lengua oficial, el Wolof, lengua vernácula de comunicación se considera lengua nacional. Esta lengua se ha conservado por su transmisión oral. Antiguamente existió como una escritura de caracteres árabes. Se adaptó su alfabeto más reciente en 1960. La sociedad tradicional wolof estaba establecida en divisiones por un sistema jerarquizado, estructurado en castas: Reyes, Propietarios de la Tierra (libres), Serignes (Jeques, suelen tener estudios universitarios), y Marabouts (guías espirituales, con poder relevante en la política y la religión, se establecen en las escuelas coránicas llamadas “daaras”, impartiendo enseñanzas a los “taalibes” (alumnos jóvenes), Artesanos,... divididos según la profesión, al casarse entre sí y que para conservar bienes y profesiones producen una acusada endogamia. Una casta importante es la de los “Griots” o músicos (tocan el arpa laúd Kora), son los juglares, trovadores a los que se permite la crítica social de los hechos que acontecen en su vida social, envueltos en el lirismo y poesía. Desde los primeros contactos entre europeos y africanos, la escritura se ha convertido en una herramienta de comunicación indispensable para el continente africano. Hizo que África sea más visible para el mundo. Sin embargo, a principios del siglo XX, con la llegada de los escritores Thomas Mofolo, Leopold Sedar Senghor y Chinua Achebe, parece que el escritor negro toma la pluma para describir su mundo y transmitir su patrimonio cultural en otra lengua. Una serie de preguntas surgen en cuanto se menciona la relación entre el escritor negro y el lenguaje que ha adoptado y que solía ser el portavoz de su pueblo. En primer lugar, podemos preguntarnos si los escritores africanos no renuncian a una parte de sí mismos cuando escriben en inglés, francés o cualquier otro idioma occidental, es decir, en el lenguaje del colonizador; en segundo lugar, la apropiación de estas lenguas para transmitir su cultura.
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1.2.2 Literatura escrita en wolof
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La literatura escrita en wolof se originó en los centros de educación islámica a través del alfabeto árabe que los morabitos adaptaron a la fonética de esas lenguas, sobre todo para los sonidos que no existen en árabe como sonidos [p], [n], etc. Eso es lo que se llama sistema de escritura wolofal. En un primer momento, esta literatura era conocida sólo por los iniciados que sabían decodificar caracteres árabes y tal vez por el pequeño público que prestaba atención a los poemas cantados por mendigos durante las rondas diarias, y que se realizan en los hogares en algunos de las principales ciudades como St. Louis. Esta forma de distribución bastante limitada en sus primeros días tuvo un avance significativo con la llegada de los cassettes y, en gran medida gracias al dinamismo de algunos seguidores de las grandes hermandades religiosas de Senegal, así como los creadores literarios, productores y vendedores de cassettes. También se debe destacar el impacto de la poesía declamada durante “Gammu” (conmemoración del nacimiento del profeta Mahoma) y “Màggal” (que conmemora el exilio de Cheikh Ahmadou Bamba Mbacke, Gran Califa Mouride) que se llevan a cabo regularmente en todo el Senegal y también en Estados Unidos y Europa. Los temas no son solamente religiosos, para mostrar la lealtad de los poetas frente a su morabito, sino también sociales, ya que tratan los problemas relacionados con la sequía y sus consecuencias, el comportamiento de las mujeres, el amor, etc. Destacan sobre todos Ahmadou Bamba o Khadimou Rassoul (servidor del profeta) cuyo nombre era Cheikh Ahmad ibn Muhammad ibn habiÌ„b AllaÌ„h (Mbacke Baol,
1853-1927), teólogo musulmán morabito de Senegal, al que sus compatriotas llaman Shayj. Fue una persona muy relevante en la colonización francesa y dentro del Islam creó una escuela denominada mouridismo. Le sucedieron Cheikh Mouhamadou Moustapha Mbacké, Cheikh Mouhamadou Fadilou Mbacké y Cheikh Abdoul Ahad Mbacké en su puesto de Shayj. Los escritos de su ingente obra pueden ser divididos en tres partes:
• Escritos antes de su partida hacia el exilio por el mar. • Escritos durante la travesía y en los lugares de exilio. • Escritos a su vuelta en Senegal.
La difícil situación económica en Senegal en 1929 puede haber influido en el poeta Moussa Ka en Xarnu bi, “El siglo”. La transcripción de estas obras en caracteres latinos, realizado en el caso de Serigne Moussa Ka y Serigne Mbaye Diakhate (otro poeta Mouride) por el Laboratorio de lingüística e islamología del Instituto Fundamental de África Negra, ha permitido una mejor divulgación no sólo con francófonos (académicos, maestros, funcionarios de la administración, etc.), sino también con nuevos lectores, que fueron alfabetizados con caracteres latinos.