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Prensa

Victor Branch: el ‘soulman’ Con zapatos de ‘drag queen’

El Black Music descubre la fuerza, el carisma y la voz única de un joven talento​

Victor Branch se mostró pletòric en el concierto del Black Music Festival. / XÈNIA GASULL SELLÉS
Con un directo poderoso, una voz privilegiada y un excepcional disco de debut en inglés bajo el brazo ( Introspective ), Victor Branch es una joven promesa que empieza a andar con paso firme por los escenarios, incluso cuando se pone divino y a medio concierto se calza zapatos de drag queen, como hizo en su vibrante presentación en el Black Music Festival. El magnífico concierto del pasado sábado en la sala La Mirona de Salt demostró la calidad de un proyecto que tiene todos los ingredientes para convertir Víctor Marina Branchat, un joven barcelonés de 23 años residente en Girona, en una figura emergente de el soul y la música negra. Acaba de empezar una gira que lo traerá a actuar en ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, Amsterdam y Londres. La banda que lo acompaña en el disco y a los directos está formada por músicos de sólida trayectoria en la escena musical catalana, con alguna sorpresa camuflada detrás un pseudónimo inglés. Branch es la apuesta ganadora de Visceral Records, un nuevo sello que el cantante describe así: “Detrás hay gente honesta, que estima la música y confía en mí al cien por ciento”.
De la ópera de entoldado al ‘soul’
A pesar de que no cumplía ninguno de los requisitos (ni era barítono ni tenía experiencia), la Orquesta Costa Brava lo contrató como cantante a los 19 años. “A las pruebas me hicieron interpretar La donna è mobile, pero lo hice en el registro agudo de contratenor y quedaron parados. Me hicieron el arreglo para la orquesta y la primera temporada se convirtió en el número estrella”, explica. Haciendo la ruta de las fiestas mayores desgranaba, en realidad, un repertorio muy alejado de sus gustos musicales. “Me encantaba hacer el payaso con canciones como el Méxicode Luis Mariano. Las yayas se lo pasaban bomba”.
Una grave afonía atribuida al cambio de voz y al elevado ritmo de actuaciones lo dejó media temporada fuera de combate y decidió plegar. Antes, había aguantado sólo un año al instituto, se había aburrido tocando la flauta dulce en el Conservatorio de Girona y había estudiado un grado de animación sociocultural y turística porque le decían que tenía que tener un plano B por si no conseguía hacer realidad el sueño de dedicarse a la música. También asistió en clases particulares de canto con Montserrat Cristau, con quién perfeccionó su técnica con el blues, el soul y el jazz. La discográfica Visceral Records lo descubrió cuando se dedicaba a colgar versiones de sus músicos preferidos a la red y hacía algún *bolo por los bares o las salas de fiesta con karaoke.
La barbilla recortada no consigue esconderle del todo un aspecto de eterno adolescente trapacero. El aire de fragilidad y timidez que desprende en el trato o los comentarios entre canción y canción se convierte en un imparable huracán de energía cuando encara su repertorio, como un Doctor Jeckill que, cuando bebe de los ritmos más negros, se transforma en Mister Soul, una acelerada máquina del ritmo que ejecuta prodigios vocales con una solvencia descomunal. Los temas que ha compuesto para su primer disco no desentonan junto a versiones de Amy Winehouse, Simply Red o Curtis Mayfield. Su inglés es “una mezcla de buena dicción y mucho morro”.
Americana, corbata y talón de aguja
Cuando le preguntan por qué aparece con zapatos de talón en un videoclip o a medio concierto de presentación del disco, reconoce que es “un poco de marketing y de gusto personal”. No tiene manías a la hora de confesar que le encanta traer talones, lucir sombreros de ala ancha o una bolsa de Michael Kors. “Para mí los talones son el divismo máximo, me gusta romper esquemas, me da igual lo que digan. Fue una idea mía, pero la discográfica me ha apoyado. Me sentía mucho más disfrazado a la orquesta, con horrorosas americanas rojas de lentejuelas”.
Un disco negro y redondo
Cada canción de Introspective podría ser un hit. Si sorprende la capacidad de cantar de Victor Branch, su destreza compositiva no se queda atrás. La primera canción, Soul, ya es toda una declaración de principios. Son composiciones cortas, pegadizas e intensas, con una estructura perfecta y buena producción que remiten a los clásicos de la música negra. Los ídolos de Branch son Billie Holiday y Beyoncé. “A mí me gusta el jazz puro, mi sueño sería tener una banda para cantar Cheek tono cheek por todo el mundo. Pero aquí he buscado temas más rítmicos”. La última canción del disco, Y want tono live, habla del sueño de emigrar a las grandes ciudades de los gays de pueblos y ciudades pequeñas que son criticados para ir contra la corriente o ser diferentes.
El concierto de presentación de *Victor *Branch en Barcelona será el día 30 de abril a la sala *Bikini. También hará una actuación más intimista al *Sunset Jazz Club de Girona, el 12 de mayo, acompañado al piano por Nito Figueras.

©2017 Clàudia i Alèxia Camó

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